David J. Skinner

lunes, 21 de noviembre de 2016

Un nuevo comienzo

Entre todas mis novelas, quizá la que más gente puede conocer es Los crímenes del ajedrez, principalmente por llevar más tiempo publicada, y por la inmensa cantidad de reseñas que ha llegado a tener. Desde luego, y lo llevo diciendo mucho, este libro ha sido el buque insignia de mis publicaciones; el que ha encabezado mi entrada en el mundo literario.

Y, ahora, después de un cierto tiempo y de algunos miles de lectores (sobre todo en digital, aunque en papel también se ha distribuido bastante), he recibido una noticia de los más inesperada. Inesperada porque Los crímenes del ajedrez no es una historia recién salida del horno, sino que tiene un recorrido de cuatro años. Espasa Calpe (a través de Ediciones Tagus, el sello digital del Grupo Planeta que distribuye en Casa del Libro y en El Corte Inglés, entre otros lugares), me ha ofrecido editar esta novela.

La propuesta me interesó desde el principio. ¿Cómo no iba a ser así? Contar con el respaldo de un sello editorial potente iba a suponer que más lectores llegasen a conocer su existencia. Con suerte, hasta lo leerían. Y, ya extremando las cosas, igual hasta disfrutaban de esta lectura. También suponía que este libro, este buque insignia de mis publicaciones, ya no sería algo “mío, solo mío, mi tesoro”, así que era una decisión que debía meditar.

Los crímenes del ajedrez
La conclusión fue muy sencilla, después de hablar con Enrique Laso (El rumor de los muertos, Los crímenes azules), y escuchar cómo ha sido y está siendo su experiencia con ellos. Tras una breve conversación, me quedó claro que esto iba a ser un paso adelante, tanto para mí como para la novela. No tardé en firmar el contrato y en ponerme, junto a Mª Luz Ruiz (responsable de Marketing Digital en Casa del Libro), a darle un buen lavado de cara al libro. Porque sí, en su momento contraté a una correctora para que el resultado fuera el mejor posible, pero tanto la portada como la maquetación la hice yo… Y, para qué engañarnos, pues no soy un experto en ninguna de las dos cosas. Yo creo que el resultado, en aquel momento, fue adecuado. Ahora, eso no sería suficiente; tenía que ser excelente. ¿Logrado? En mi opinión, sí. Sin duda.

De modo que empiezo una nueva andadura, que seguro tendrá momentos mejores y peores. Así es la vida, después de todo. En cualquier caso, la comienzo con muchísima ilusión, así que, ¿qué más se puede pedir?


(Nota: Aquí dejo el enlace a la novela en Casa del Libro, por si queréis echar un vistazo - http://www.casadellibro.com/ebook-los-crimenes-del-ajedrez-ebook/9788416508303/4722230)

martes, 30 de agosto de 2016

Fragmentos

Antes de decidir comprar un libro, nunca está de más echar un vistazo a su interior. ¿El título y la sinopsis se adaptarán a la narración? ¿Me gustará el estilo en que está escrito? Estas preguntas se pueden resolver fácilmente en una librería, ojeando las primeras páginas de la novela que nos ha llamado la atención y que estamos a punto de comprar.

Pero, ¿qué pasa a la hora de comprar un libro en digital? Sí, Amazon permite la opción de Echar un vistazo, aunque si no estamos delante de un ordenador y usamos el móvil o la tablet para leer, resulta un poco incómodo manejarse por ahí. ¿Soluciones? Pues sí, Amazon cuenta con un visualizador mejor, aunque está un poco "oculto". A continuación os pongo ejemplos con todas las novelas que tengo en la plataforma, donde podréis ver que resulta más cómodo para leer que la opción por defecto. Al final de artículo indico el código HTML necesario para que vosotros podáis crear también estas previsualizaciones.














Para poder tener la visualización de vuestros propios libros, no tenéis más que copiar este código que escribo a continuación, teniendo la precaución de hacer el cambio que indico.

<iframe type="text/html" width="336" height="550" frameborder="0" allowfullscreen style="max-width:100%" src="https://leer.amazon.es/kp/card?asin=B00CCRB0JO&preview=inline&linkCode=kpe&ref_=cm_sw_r_kb_dp_k6mXxb60BHEEY&tag=davi0ab-21" ></iframe>

NOTA: El valor en negrita (B00CCRB0JO) debería cambiarse por el ASIN correspondiente al libro en cuestión (viene indicado en la página de detalles del libro)

martes, 26 de julio de 2016

Librojuegos: pasado y futuro

Quizá uno de los mayores atractivos —si no el mayor— de la ficción es el poder hacer que el lector/espectador/oyente/jugador se introduzca en un mundo que le es ajeno, y sea participe de una historia que no podría vivir de otra forma. Si bien esto se cumple tanto en el cine y la televisión como en la radio y la literatura (en la que incluyo los cómics, por supuesto), los videojuegos son capaces de hacer que el jugador forme parte activa de una trama. ¿Cómo podría igualarse eso?

Y resulta que sí, que esa interacción existe más allá de las consolas y de los ordenadores.

Pongámonos en antecedentes: en 1974, Gary Gygax y Dave Arneson publicaron el que seguramente es el más famoso juego de rol de mesa de la historia, Dungeons & Dragons. No fue el primero, es cierto, pero sí el que sentó las bases de este tipo de juegos. En ellos, los participantes debían encarnar el rol de un personaje y enfrentarse a las tribulaciones, vicisitudes y peligros que el malvado Master (o Director de Juego) ideara, a través de decisiones y tiradas de dados. Bueno, este sería un resumen un poco simplón, pero como introducción al concepto me parece suficiente.

Un lustro después surgió algo similar, aunque distinto. Similar, porque proponía ser el protagonista de una historia de ficción. Distinto, porque no era necesario que un Master narrase la acción. No, dicha acción venía escrita ya en las páginas de un libro que permitía tomar decisiones y alterar el curso de los acontecimientos.

Habían nacido los librojuegos.

En la década de los ochenta, estos libros, que permitían elegir si el protagonista —normalmente el lector, pues la narración suele estar hecha en segunda persona— luchaba contra una horda de orcos o se escondía entre unos arbustos, o si cruzaba un río en balsa o a través de un sospechoso puente, alcanzaron su máximo apogeo. Por un lado existían los más sencillos; libros más bien cortos, como los Elige tu propia aventura, con unas notas al final de la página donde se daba a elegir entre varias opciones. No muy diferentes, aunque con géneros más concretos, eran otros como Planea tu fuga…, La máquina del tiempo o Los jóvenes dragones. Sin embargo, otros libros más cercanos al rol de mesa hicieron también su aparición.

Fighting Fantasy, o Lucha-Ficción (como se llamó en España), no solo añadía la tirada de dados para acciones como probar suerte o luchar, sino que contaba con un inventario de objetos y una hoja de personaje. Esto permitía que las posibilidades se multiplicasen, ya que el disponer de un determinado objeto abría nuevas oportunidades en algunas secciones del libro. Sí, claro, se podían hacer trampas…, aunque a veces no era tan sencillo, porque el objeto en cuestión llevaba un número grabado que podía indicar cuántas secciones había que avanzar, o retroceder, desde la actual para hacer uso del mismo.

La cosa fue aún más allá, añadiendo tramas que se alargaban por más de un volumen. Esto permitía que tanto las características del protagonista como los objetos que había conseguido se transmitieran a lo largo de una saga. Como ejemplos tenemos Brujos y Guerreros (que más tarde se reeditaría como ¡Brujerías!, ya que Sorcery! era el título original), Crónicas Cretenses, La Búsqueda del Grial y, por supuesto, Lobo Solitario (llegaron a publicarse 15 volúmenes en España, aunque existen más del doble).

Posteriormente, sobre todo debido al auge de los videojuegos, estos librojuegos fueron haciéndose menos populares, aunque esta forma de hiperficción explorativa no cayó en absoluto en el olvido; de hecho, algunos videojuegos siguieron su estela: los llamados “películas interactivas”, entre los que podríamos destacar Heavy Rain, Beyond: Two Souls, o el reciente Until Dawn (del cuál escribí una pequeña reseña).

En la actualidad, si bien no cuentan con el éxito del que podían presumir hace tres décadas, los librojuegos siguen presentes. Además de los diversos librojuegos infantiles, encontramos nuevas experiencias juveniles o adultas, además de las reediciones de los clásicos. Autores como Carlos Sisí o Víctor Blázquez nos introducen en un mundo de zombis en Los caminates. Destino: Carranque y la pequeña introducción interactiva de El cuarto jinete, respectivamente. Hay también varios librojuegos con un trasfondo erótico, y siguen apareciendo otros nuevos de fantasía, ciencia-ficción o históricos. ¿Estaremos ante un nuevo resurgimiento? Lo cierto es que en iTunes, Google Play y la tienda de Windows Phone podemos encontrar desde los más básicos, creados por amateurs, hasta los más avanzados, como las nuevas ediciones de los libros de Fighting Fantasy, llevados al móvil de la mano de Tin Man Games, la serie Sorcery!, magníficamente reescrita por Inkle Studios, o el clásico Lone Wolf, en un par de ediciones donde podemos volver a jugar con la historia de los libros clásicos o quedarnos con la nueva historia basada en ellos.

Para finalizar me gustaría comentaros una de las mejores herramientas que he visto para la creación de librojuegos, al más puro estilo de los clásicos: Inklewriter. Este programa, desarrollado por Inkle, permite de manera bastante sencilla crear una aventura similar a aquellos Elige tu propia aventura, e incluso algo más compleja gracias al uso de contadores y condicionales. Os lo recomiendo. Como ejemplos podéis ver las tres historias interactivas que he creado usando esta herramienta AQUÍ (aconsejo dejar “Segundas oportunidades” para el final).

Fuentes y enlaces de interés:

viernes, 22 de julio de 2016

Sobre la serie "Stranger Things"

Antes de comenzar a hablar de Stranger Things, decir que si sois de la generación que disfrutó con ET, con las adaptaciones cinematográficas de King de los 80 y habéis jugado a Dungeons & Dragons, no hace falta que sigáis leyendo: esta serie os va a gustar, os lo aseguro.

He de admitir que las series que he ido viendo producidas por Netflix (Sense8, Daredevil, Jessica Jones, etc.) me han parecido muy bien hechas, y a pesar de que el tráiler de Stranger Things no me llamó mucho la atención, tenía pendiente ponerme a verla en cuanto terminara la última serie con la que había comenzado. Fue entonces cuando empecé a leer un sinfín de comentarios positivos por las redes acerca de esta serie y, más por curiosidad que por otra cosa, decidí empezar con ella tras acabar de ver la primera temporada de SOA.

Cuando un chaval desaparece en un pequeño pueblo norteamericano, solo sus amigos del colegio y su madre se sienten verdaderamente preocupados. A fin de cuentas, en el lugar no ha habido ningún acontecimiento dramático en muchos años, y la propia policía lo toma como una huida inocente. Sin embargo, la aparición de una misteriosa niña en el pueblo hará que los acontecimientos se vuelvan mucho más peligrosos, a medida que todos se acercan a la verdad y descubren que un cercano centro de investigación oculta más de un oscuro secreto.

No solo la historia se desarrolla en los años ochenta, sino que el propio estilo de la serie es muy "ochentero", empezando por la misma presentación. Esto no hace que desmerezca en absoluto, pues tanto la ambientación como los efectos especiales están lo bastante logrados como para que todo parezca creíble, dentro de las Cosas Extrañas que suceden cada vez más según avanza la trama.

Quizá la parte que, siendo necesaria, peor está resuelta es el continuo uso de analepsis (o flashbacks, si lo preferís). No siempre, pero en ocasiones me parece que rompen mucho el ritmo de la narración. Recuerdos de momentos que a veces son esenciales para entender toda la historia, sobre todo en el caso de la extraña niña aparecida, si bien suelen ser más largos de lo necesario.

Por lo demás, como digo, recursos que hemos podido ver en centenares de series y películas de los años ochenta (niños socialmente inadaptados, madres exageradas, policías incrédulos, bicicletas...), usados con bastante buen criterio para conseguir que cada uno de los ocho capítulos que componen la serie enganche del principio al final. Si tenéis la oportunidad, no os la perdáis; seguro que pasaréis un buen rato.